El tiempo que
todo arrasa
y, como un río, se lleva
ilusiones
y esperanzas;
unas veces
cumplidas, otras negadas.
Me miro sin
mirar y encuentro
quién fui,
quién soy y qué espero.
Pero cuando mi
imagen enfrento,
no reconozco a
quien me mira tras el espejo.
Somos reflejo
de lo vivido, lo imaginado.
Almacén de
sentimientos, sensaciones,
dolores,
alegrías y tristezas;
mezclados sin
orden y sin fecha.
Precioso poema. No siempre reconocemos a la persona que vemos en el espejo al asomarnos. A veces ni siquiera reconocemos la vida que nos tocó vivir como nuestra. Un abrazo
ResponderEliminarMuy bonito Lupe.
ResponderEliminarQué chulo, Realilla. Un poema muy lindo.
ResponderEliminar¿Tú también con los espejos y los reflejos? ¡Esto es una epidemia!
ResponderEliminarEs la edad, Selti...jajjaja.. La crisis de los...da igual, creo que yo siempre estoy en crisis..
EliminarGuadalupe, me gusta como lo escribistes y desde luego porque en la crisis de los espejos yo también me siento inmerso
ResponderEliminarHas expresado perfectamente lo que siento cuando miro al espejo a esa persona mayor que no reconoce el muchacho que vive dentro de mi.
ResponderEliminarRealilla, no soy seguidora de la poesía pero esta tuya me ha encantado, es cierto que es muy difícil conocernos y lo has expresado certeramente, un beso.
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