Relato ganador del tercer concurso - Si las imágenes pudieran leerse.
Me asombraba ver a mis hermanos embobados mientras
contemplaban cómo un tren de juguete, sujeto a una vía circular, daba una
vuelta y otra sin parar y sin ir a ninguna parte. Yo le quitaba los raíles
cuando jugaba con él; lo dejaba serpentear por el suelo y esconderse por debajo
de los muebles y hasta lo sacaba al jardín, pero un día desapareció sin saber
cómo.
Desde entonces, he perdido todos los trenes. Pero me
sigue gustando ir a la estación. Suelo caminar por los andenes envuelta en la
melancolía que acompaña a las despedidas. El humo blanco que escupe la cabeza
de la locomotora, es como un incienso que acompaña mis plegarias y me hace
creer que, algún día, una mano tendida me invitará a subir a esos vagones en un
viaje sin regreso.
Mar Lana
Mi trofeo es el libro: Trilogía de Nueva York de Paul Auster
Precioso relato, e impresionante que hayas conseguido crear esa atmósfera nostálgica y un poco misteriosa con tan pocas palabras.
ResponderEliminarEnhorabuena por el premio, sin duda lo mereces.
Un beso!!
Muy agradecida por tu visitas, Julia. Me alegra mucho que te haya gustado. Besos.
ResponderEliminarExquisito. me siento identificada con el relato. Muy propio de la estación otoñal.
ResponderEliminarUn beso, guapa.
Muchas gracias, Martina.
ResponderEliminarTen envío muchos cariños.