Anselmo
llegó a primera hora al centro médico de su barriada, al ver que en toda la
sala solo quedaba un asiento libre, consultó el papelilo donde tenía anotada la
fecha y la hora. Quedó plantado hasta que escuchó su nombre por un altavoz. Una
vez cerrada la puerta de la consulta, el médico se interesó:
—¿Que
tiene?
—Me
he quedado sin Omoprazol, también me
haría falta una caja de paracetamol
efervescente, de un gramo, y ALMAX,
una caja, y otra de aspirinas y también
Relaxan, duermo fatal, no pego ojo
por las noches…
—Siéntese,
si quiere.
—Tengo
prisa, dígame a cuanto sube.
—Pues…
exactamente, cuatro euros con veinticinco.
—Pues
añada una cajita de parecetamol, de
650. En pastilla.
Guau, y pensar que existen situaciones similares.
ResponderEliminarNo he pillado el final :(
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